Las comisiones siempre vienen de la mano de los productos financieros, ya sean préstamos o créditos. Este cobro de comisiones suele ser una parte determinante a tener en cuenta a la hora de contratar un producto bancario. Es más, es uno de los contenidos a estudiar a fondo antes de la suscripción de cualquier servicio financiero.
Cada entidad tiene su propia política al respecto. Así, algunas han optado en los últimos meses a incrementarlas para contrarrestar una posible bajada de ingresos mientras que otras las han reducido o, incluso, eliminado de sus condiciones, para hacer más atractivos sus servicios a los consumidores.
Según establece el Banco de España, existe total libertad para la aplicación de comisiones. El único límite que impone es que éstas se correspondan con los servicios prestados, que hayan sido solicitados y aceptados por el cliente. Por esta razón la entidad que va a dar la financiación tiene que dar la información completa de las comisiones que va a aplicar previamente.
Uno de los productos financieros por excelencia son los préstamos personales, que normalmente tampoco van a estar exentos de las comisiones.
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Tipos de comisiones en un préstamo
A continuación te resumimos toda la información sobre las comisiones que se pueden encontrar antes de la firma y durante el pago de las cuotas, de los préstamos o créditos.
Durante la contratación
Cuando todavía se está haciendo el estudio del préstamo personal, se pueden aplicar dos comisiones: la comisión de estudio y la comisión de apertura.
Comisión de estudio
La comisión de estudio es una cantidad de dinero que cobra el banco al cliente, cuando este solicita un préstamo, y está destinada a estudiar su solvencia.
Esta comisión suele estar entre el 0 % y el 2,5 % del importe del préstamo. Y su función es cubrir la serie de análisis e investigaciones que se hacen del perfil financiero del solicitante así como del importe del préstamo solicitado. Es en este estudio donde la entidad hará las comprobaciones pertinentes para saber si el cliente podrá hacer frente a las cuotas del préstamo o del crédito.
Hay que tener cuidado con este tipo de comisiones, porque aunque no aparezcan reflejadas, no significa que no estés pagando una comisión de estudio. Algunas entidades financieras incluyen la comisión de estudio dentro de la comisión de apertura. No obstante, cabe destacar que otras entidades directamente prescinden de cobrar este servicio al hacer la contratación.
El importe que el banco fija por el estudio de la operación puede ser de uno de los siguientes tres tipos:
- Porcentaje sobre la totalidad: se aplica un tanto por cierto sobre el importe total del préstamo solicitado.
- Cantidad fija: en este caso el importe en euros ya está determinado por la entidad financiera.
- Combinación: algunas entidades solicitan una comisión mínima fija más un porcentaje sobre el importe solicitado.
Comisión de apertura
Cuando firmas con el banco el contrato para la apertura de préstamos o créditos, se aplica esta comisión para cubrir los gastos que generan los trámites y gestiones administrativas para la firma de la operación y puesta a tu disposición del dinero.
Es el equivalente a un porcentaje sobre el importe total del préstamo que se ha solicitado (a veces se fija un mínimo por contrato) que la entidad que presta el capital va a cobrar por el mero hecho de dar ese dinero, es decir, es una cantidad extra que hay que abonar además del tipo de interés.
Puede ocurrir que la propia entidad financie esta comisión, sobre todo cuando se trata de préstamos grandes, como en las hipotecas. Entonces la incluirá en el capital total prestado: en ese caso, además de los intereses por el capital prestado, también se paga por la comisión de apertura, por lo que el negocio para la entidad financiera en cuestión puede resultar redondo, ya que es ella al fin y al cabo la que fija su cuantía.
Es por ello que un consejo muy importante a la hora de buscar un préstamo de cualquier tipo es fijarse siempre no únicamente en el Tipo de Interés Nominal (TIN) sino en la Tasa Anual Equivalente (TAE), que es un índice que deben proporcionar todas las entidades financieras y que engloba todos los gastos asociados al préstamo, tanto tasas como comisiones.
Durante la vida del préstamo
Durante el tiempo que dura el préstamo, se aplicarán comisiones cuando se cambie alguna de las condiciones del préstamo, o cuando el cliente devuelve el dinero antes de tiempo.
Comisión de modificación de condiciones o cambio de garantías
Si las condiciones cambian a lo largo de la vida del préstamo, es posible que la entidad imponga una penalización por ello. El contrato debe especificar claramente qué comisión se cobrará y qué acciones desencadenan su cobro.
Con este tipo de comisiones se retribuye tanto los trámites que debe realizar la entidad cuando se modifica el contenido del contrato, como el nuevo análisis de riesgos que puede suponer para la entidad dicha modificación.
Comisión por cancelación o reembolso anticipado
Si se da el caso en que se quiere devolver el importe del préstamo antes de que acabe el plazo, para librarnos de la deuda, o bien reducir su cuantía aportando una cuota extra, conviene tener en cuenta que hacerlo tendrá un coste en forma de comisión.
El importe que se pague por esta comisión nunca debe ser superior a la cuantía en concepto de tipo de interés que el usuario debería acabar pagando al vencimiento previsto del préstamo. Además, esta comisión no puede ser superior al 1% del importe reembolsado si el plazo hasta el vencimiento es superior a un año. Si es inferior, el tope está en el 0,5%. Normalmente las entidades aplican exactamente estos porcentajes máximos a sus préstamos.
Comisión por reclamación de posiciones deudoras vencidas
En el hipotético caso que se produzca un retraso en el pago de la cuota, o un impago de la misma, el banco puede aplicar esta comisión por reclamación de posiciones deudoras vencidas.
Se trata de una cantidad fija y única a la que se le puede sumar también los intereses de demora, que en este caso sí consisten en un porcentaje, también limitado por ley.
Al amortizar el préstamo
Cuando un producto financiero, como es un préstamo finaliza normalmente, el banco no debe aplicar ningún tipo de comisión por su cancelación.
Todos los detalles sobre comisiones y tarifas deben aparecer explicados en los contratos de formalización, y no se puede exigir ninguna cuota por terminar los préstamos de la manera acordada.
6 Cosas que deberías saber sobre las comisiones de los préstamos
Como ya hemos apuntado, las entidades financieras gozan de total libertad para aplicar las comisiones que crean oportunas a sus clientes, aunque es verdad que en algunos casos, estos gastos están limitados por ley (como por el Banco de España por ejemplo), otros se pueden esquivar fácilmente y, en ciertos casos, su regulación ha experimentado cambios recientes que debes tener en cuenta antes de firmar el contrato de cualquier oferta.
Para que no te pierdas en este laberinto, en PrestAyuda te explicamos las 6 cosas más importantes que debes saber sobre las comisiones bancarias.
(1) Siempre que te preste un servicio, el banco puede cobrarte lo que quiera
Los bancos tienen total libertad para cobrarte las comisiones que quieran, pero solo podrán hacerlo si te prestan alguno de sus servicios, y que tú las hayas aceptado a la firma del contrato.
Solo te las pueden aplicar si te han facilitado previamente toda la información sobre el coste que van a tener esos servicios bancarios. En caso contrario, recuerda que puedes presentar una reclamación ante tu banco.
(2) Algunas comisiones bancarias están limitadas por ley
Aunque, en principio, los bancos pueden cobrar los tipos de interés y las comisiones que quieran por prestar sus servicios, existen algunas excepciones donde la ley pone límites que afectan a determinados productos.
Por ejemplo, la nueva ley hipotecaria de 2019, ponía límites a las comisiones de que se pedían al firmar una hipoteca.
En cuanto a la comisión de apertura de una hipoteca, nunca ha estado limitada por ley, pero desde la entrada en vigor de la nueva ley hipotecaria, siempre debe incluir los gastos de estudio, que antes se cobraban por separado.
A la comisión por amortización anticipada, la ley la ha limitado al 2% en los 10 primeros años y al 1.5% el resto, si es una hipoteca fija. Y si se trata de una hipoteca variable, pueden cobrarte 0,15% durante los cinco primeros años de vida de la hipoteca (y nada partir del sexto año) o bien cobrarte un 0,25% los tres primeros años (y nada a partir del cuarto).
En el caso de los préstamos al consumo, puedes encontrarte tres tipos de comisiones o gastos:
- Comisión de apertura: no está limitada por ley, y puede suponer una cantidad fija en euros o un porcentaje de la cantidad que pidas. Como con cualquier otra comisión, hay entidades que la cobran y otras que no.
- Comisión por cancelación o reembolso anticipado: los bancos solo pueden cobrarte una cantidad máxima si decides devolver anticipadamente el dinero que debes. Ese tope dependerá del tiempo que quede hasta que finalice el plazo de amortización: si queda más de un año, se podrá aplicar hasta un 1%; y si queda menos, un 0,5%.
- Interés de demora: también tiene una limitación impuesta por ley. Si te retrasas en el pago de un préstamo, tu entidad no podrá cobrarte más de dos puntos porcentuales por encima del interés normal que estuvieras pagando. Es decir, si estabas abonando un 11% de TIN (Tipo de Interés Nominal), no deberían cobrarte más del 13%.
(3) El banco tiene que respetar unos plazos si hace cambios en las comisiones de los préstamos
Si tu banco decide cambiar las comisiones que te está cobrando, o que va a cobrar a sus clientes si van a hacer una contratación nueva, tendrá que comunicártelo siguiendo las directrices que marca la normativa:
- Si ese cambio te favorece (porque, por ejemplo, se elimine una comisión) podrá aplicarlo de inmediato y deberá informarte en la primera notificación que te mande.
- Si el cambio no es beneficioso para ti (por ejemplo, porque va a subir las comisiones que cobra), tendrá que ponerse en contacto contigo con dos meses de antelación y deberá hacerlo de forma individualizada y en papel u otro formato duradero.
(4) Las tarjetas y préstamos sin intereses pueden cobrar comisiones ocultas
Aunque algunas entidades ofertan préstamos y tarjetas de crédito que ofrecen financiación sin intereses, esta clase de ofertas puede tener truco: que una tarjeta o préstamo personal no cobre ningún tipo de interés no significa que sea gratis, ya que en muchas ocasiones estos productos contienen comisiones ocultas que incrementan el coste real de la operación, y que no se reflejan claramente en la información que te facilitan.
Para hacer un estudio completo y calcular los verdaderos costes de las gestiones, lo mejor es usar el indicador denominado Tasa Anual Equivalente. Este toma en consideración el TIN del préstamo, las comisiones, el plazo de amortización y la cantidad de dinero que vayas a solicitar, ofreciéndote una imagen más completa del coste real del acuerdo, de la que obtendrás si solo te fijas en el TIN.
(5) Algunas comisiones solo son gratuitas durante un tiempo limitado
Muchos de los servicios bancarios que publicitan los bancos tienen anuncios donde se recalca continuamente que son libres de comisiones. Sin embargo, en algunas ocasiones, esta ausencia de comisiones solo aplica durante un periodo de tiempo determinado.
Por ejemplo, en el caso de que contrates la Cuenta Corriente de CaixaBank, no tendrás que pagar ninguna clase de comisión ni respetar requisitos de vinculación durante el primer año. Sin embargo, a partir del siguiente, se te cobrará una comisión de mantenimiento por tu cuenta y otra mensual por la tarjeta de débito asociada si no respetas los requisitos del Programa Día a Día de la entidad.
Del mismo modo, es muy habitual encontrar en el mercado tarjetas de crédito que no tengan comisión de emisión para los consumidores, pero sí una comisión de mantenimiento. Esto quiere decir que el primer año te saldrán gratis, pero que, a partir del segundo, tendrás que pagar por ellas.
(6) Las comisiones se pueden financiar
Los bancos son conscientes de que las comisiones de apertura o de estudio de un préstamo personal o de cualquier otro producto financiero, suponen un coste bastante elevado, por lo que muchas entidades optan por ofrecer la opción de financiar estos gastos y así pagar las comisiones poco a poco junto con las cuotas mensuales.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que financiar estos gastos implica que también se aplica el TIN sobre esta comisión, lo que implicará que el préstamo sea más caro. De todas formas, al tratarse de comisiones no muy elevadas, los intereses generados no suelen ser tampoco muy altos.
La diferencia entre financiar las comisiones o no solamente implica pagar unos euros de más en cada cuota mensual, y ahorra tener que hacer el gran desembolso económico el primer mes, pero implica pagar algo más a la larga.
En definitiva, depende de ti y de tu situación financiera optar por financiar las comisiones o no. Eso sí, siempre haciendo cálculos para saber qué implicará cada opción.
¿De verdad existen los préstamos sin comisiones?
Seguro que habrás oído o visto noticias y anuncios de tu banco o de los competidores, sobre los préstamos que se conceden sin comisiones, pero ¿es todo verdad?
En realidad, los préstamos sin comisiones son poco frecuentes en el mercado, y, pese a la forma en la que se publicitan, no es una medida para conseguir conseguir dinero gratis.
Por eso, queremos darte toda la información sobre el contenido de estas ofertas, antes de que te lances de cabeza a su firma.
¿Qué son los préstamos sin comisiones?
Los préstamos sin comisiones son una clase de préstamo personal que no hace ningún cobro al cliente por los trámites básicos de esta clase de productos: es decir, por el estudio, la apertura y la amortización anticipada. Sin embargo, esto no quiere decir, necesariamente, que sean gratis.
Que sean sin comisiones no significa que se trate de préstamos sin ninguna clase de gastos, de hecho los préstamos sin comisiones pueden aplicar al cliente un interés más alto e incluso contar con otros gastos añadidos (como los que supone la contratación de productos vinculados, por ejemplo).
Del mismo modo, si contratas con un banco un préstamo sin intereses, lo normal es que tampoco recibas dinero a cambio de nada. En la mayoría de los casos, estas ofertas tienen una elevada comisión de apertura que tendrás que asumir si quieres contratarlos.
En última instancia, la única forma de conocer lo que te va a costar realmente un préstamo personal es calcular su Tasa Anual Equivalente (TAE). Al contrario de lo que sucede con el TIN (que solo te indica los la tasa de interés a pagar), la Tasa Anual también tiene en cuenta otros factores, como las comisiones, la cantidad que vas a pedir y el plazo de devolución de la deuda. Por eso, es el indicador más adecuado para comparar varias ofertas entre sí y descubrir cuál es más económica.
Por ejemplo, un préstamo de 12.000 euros a dos años sin comisiones que cobre un TIN del 5% tendrá una TAE del 5,11%. Un préstamo por el mismo importe y plazo que con un TIN del 0% pero que sí cobre una comisión de apertura de 150 euros tampoco será gratis, y tendrá una TAE del 1,21%.
¿Qué bancos ofrecen préstamos sin comisiones?
Actualmente, es muy difícil encontrar un préstamo personal sin comisiones. Lo que sí que puedes encontrar son bancos y financieras que ofrecen este tipo de producto. Por ejemplo, ING, EVO, Liberbank, Cetelem y Wanna, entre otras.
Aunque la comisión de estudio se utiliza cada vez menos y muchas entidades tampoco cobran comisión de apertura, la mayoría de las ofertas del mercado te cobrarán, como mínimo, una comisión por amortización anticipada en caso de que decidas devolver tu deuda antes de que venza el plazo acordado. Por supuesto, este es un gasto que se puede evitar fácilmente: basta con que decidas no cancelar tu préstamo antes de tiempo.
En qué datos fijarse al contratar un crédito sin comisiones
Las comisiones no es en lo único en lo que deberías fijarte a la hora de contratar un crédito, incluso si lo que te estabas planteando era buscar préstamos sin comisiones. Por ejemplo, no deberías perder de vista lo siguiente:
Capital prestado con el crédito sin comisiones
Cuánto dinero te deja el banco o la entidad financiera. Tiene que ser suficiente para responder a la necesidad económica, pero también acorde a tu realidad financiera. De lo contrario podrías verte en apuros a medio y largo plazo.
Ten en cuenta, asimismo, que cuanto mayor sea el importe, mayores serán los intereses que acabarás pagando, pues estos suelen aplicarse en forma de porcentaje sobre el capital prestado.
Intereses del préstamo sin comisiones
Resulta clave fijarse en los intereses, no solo en el tipo de interés (presta atención a la TAE, no solamente al TIN). Las entidades suelen ofrecer a sus clientes un cuadro de amortización en el que se detalla, entre otros, cómo se irán cobrando estas cantidades.
Cómo calculo los intereses de un préstamo
Aquí hay que tener en cuenta que algunas entidades, al quitar las comisiones, pueden aplicar intereses más altos. Por eso es importante que calcules el coste final del préstamo antes de contratarlo.
En el Portal al Cliente Bancario del Banco de España tiene un simulador que te ayuda a calcular la Tasa Anual Equivalente, para que sepas cómo te pueden afectar modificaciones en tu préstamo personal o comparar entre distintos créditos.
Plazo de devolución y cuotas
Directamente relacionado con el punto anterior, también tienes que tener en cuenta el plazo de devolución. No será lo mismo pagar un interés del 7% a 10 años, que devolver el dinero en uno solo.
Cuanto más alargues el crédito, más intereses acabarás pagando. Además, estarás corriendo riesgos más tiempo. Eso sí, tus cuotas mensuales serán más reducidas. Lo ideal es ajustar estos dos parámetros lo máximo posible.
Otros gastos de los préstamos sin comisiones
Los préstamos sin comisiones pueden tener otros gastos adicionales como honorarios (en el caso de los minicréditos, por ejemplo) u otros que se deriven de la contratación de productos vinculados necesarios para que te concedan el crédito. También puede haber gastos derivados de, por ejemplo, el envío de información en papel.
Asimismo, algunos bancos ofrecen ventajas extra al contratar el préstamo sin comisiones con ellos. Por ejemplo, descuentos en tienda, tarjetas, etcétera.
Requisitos para solicitar un préstamo sin comisiones
Los requisitos para solicitar un préstamo sin comisiones son los mismos que para pedir cualquier préstamo personal. Ten en cuenta, eso sí, que estos requerimientos pueden variar según la entidad, el capital que solicites, tu propio perfil financiero y más.
Estos son los puntos básicos:
- Ser mayor de edad y y tener el NIE o DNI en vigor. Aunque algunos bancos no conceden préstamos de esta clase a los menores de 21 años e incluso a los que no han cumplido los 25 años. Pero todo depende del propio banco.
- Tener una cuenta bancaria en la que se ingresará el dinero cuando sea concedido el préstamo.
- Contar con ingresos suficientes y regulares, y acreditarlo a través de, por ejemplo, el contrato de trabajo y las tres últimas nóminas. En el caso de los autónomos este punto cambia. Es probable que deban aportar declaraciones de la renta, declaración de IVA trimestral, el justificante de pago de la cuota de autónomo, etcétera.
- No superar el ratio de endeudamiento óptimo. Lo habitual es que se pida que no supere el 35% o 40% de tus ingresos. Puede variar según la entidad.
- Justificar a qué se va a destinar el dinero. Aunque esto no siempre es obligatorio.
- No estar en ficheros de morosidad como ASNEF. Aunque existen préstamos con ASNEF, estar en un fichero de morosidad siempre dificultará que te concedan un crédito, especialmente si buscas buenas condiciones como, entre otros, prescindir de las comisiones.
- Aportar tus datos personales y la documentación correspondiente.
Cómo pedir un préstamo sin comisiones
Cuando quieras pedir un préstamo sin comisiones, los pasos que deberás dar son de hecho los mismos que seguirías para contratar cualquier otro préstamo personal.
En primer lugar, tendrás que rellenar la solicitud pertinente. A día de hoy, lo más habitual es que este trámite pueda realizarse tanto en oficinas como a través de Internet.
Junto con tu solicitud, tendrás que incluir la documentación que requiera la entidad (incluyendo una copia de tu documento de identidad y un justificante de tus ingresos).
Con todo este material, el banco analizará tu perfil y decidirá, en función de tus ingresos y deudas, si te concede el préstamo, y, en caso afirmativo, en qué condiciones.
Si tu solicitud prospera, la entidad se pondrá en contacto contigo para comunicarte que puedes disponer del dinero, y te pedirá que firmes varios documentos para formalizar el acuerdo.
Simulador de préstamos del Banco de España
En el Portal del Cliente Bancario del Banco de España encontrarás un simulador de préstamos, en el que introduciendo los datos de los préstamos, te será muy fácil hacerte a la idea de lo que realmente te va a costar cada préstamo personal del que hayas recibido información.
Además de este simulador del Banco de España, las páginas web de los bancos tradicionales también suelen contar con una herramienta de este estilo.
No dejes de comparar y busca la opción que más te favorezca.