Si te estás planteando aumentar tu patrimonio, tu empresa necesita una inyección de capital, necesitas ingresos para poner en marcha una idea de negocio o quieres realizar cualquier otra operación financiera, si sabes cómo, pedir un préstamo para invertir puede ser una posibilidad inteligente.
Sin embargo, aunque esta opción tiene sus ventajas y es una opción interesante cuando no disponemos de un fondo de ahorro, antes de lanzarse a pedir préstamos o créditos, es fundamental asegurarse de que no se sobrepasa la propia capacidad de endeudamiento. Lo último que quieres es acabar con una deuda que no puedes pagar, o con retrasos en los pagos, que solo aumentarán los intereses.
Decidir pedir un crédito o un préstamo para invertir, en qué invertirlo, cómo hacerlo, y si es conveniente, son los temas que trataremos hoy.
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¿En qué se puede invertir?
Cuando se trata de invertir, hay que tener una serie de conceptos claros, además de conocer los diferentes clases de inversión a los que puedes destinar un préstamo o una línea de crédito.
Lo primero que hay que tener claro, es que toda inversión tiene dos características principales, que se relacionan directamente entre sí: la rentabilidad y el riesgo.
Cuando inviertes, cuanto más elevado sea el riesgo asociado a la inversión, su rentabilidad también será mayor.
Parece lógico, si no arriesgas a la hora de invertir, es lógico pensar que las ganancias que vas a obtener van a ser menores, que si corres un gran riesgo. Además, nunca hay que olvidar que se tratan de posibles ganancias o rendimientos futuros, es decir, se tratan de promesas, si la inversión fracasa, por los motivos que sean, se puede llegar a perder el capital invertido.
No obstante, para eso existen diversos tipos de inversiones, con condiciones y características diferentes, para toda clase de personas.
Clases
Primero vamos a diferenciar las clases de inversiones según dos criterios:
- Según el bien sobre el que se invierte, podrán ser financiera o física.
- Según el tipo de rentabilidad que se espera, podrán ser activas o pasivas.
Inversión financiera vs. física
Una inversión financiera es aquella en la que se invierte dinero en acciones, bonos, depósitos bancarios, letras de cambio y otros productos financieros, que proporcionarán a los inversores unos beneficios.
En cambio, una inversión física o real hace referencia a aquellas que invierten en activos fijos o de producción, como pueden ser las patentes o los derechos de autor, que más tarde serán utilizados para producir materiales o prestar algún servicio.
Las principales diferencias que se encuentran en estos dos tipos son:
- La mayoría de los activos de una inversión física no son divisibles (cuando se puede negociar solo una parte), mientras que en el caso de una inversión física sí que lo son.
- La regla general es que los activos financieros tienen más liquidez que los reales. Esto es la facilidad de convertir el activo en dinero en efectivo.
- El plazo de posesión de los activos físicos suele ser muy prolongado, en contraposición los activos financieros se poseen por plazos más cortos, de hecho, se pueden tener solamente durante unos meses.
Inversión pasiva vs. activa
Las inversiones pasivas se limitan a cierta corriente de inversión, destinada a obtener la rentabilidad limitada que ofrece el mercado de valores. Son seguras, donde se corren pocos riesgos.
Las inversiones activas, en cambio, se basan en activos que van a arrojar rentabilidades superiores a la media. Resultan más arriesgadas.
En concreto, las diferencias entre estas dos clases son:
- Los inversores pasivos se conforma con la rentabilidad que ofrece el mercado, por lo que resultan ideales para un perfil ahorrador, mientras que los activos buscan superar ese índice, y conseguir mayores beneficios.
- En las inversiones pasivas solo tienes que informarte, comprar y mantener los activos durante el plazo que te fijen. Las inversiones activas implican tener que estar al día de las fluctuaciones de la economía para comprar y vender, con la intención de maximizar las ganancias.
- Las inversiones activas tienen costes mayores, ya que tienen más transacciones y se debe investigar más. Además también tributarán más por las ganancias obtenidas, y conllevan más riesgos que las pasivas.
Préstamo para invertir
Hoy en día, gracias a los préstamos o créditos bancarios, puedes pagar alguna deuda que tengas, hacer alguna gran compra o afrontar una situación delicada, pero también puedes plantearte la solicitud de un préstamo para invertir. Con un préstamo para invertir puedes incrementar tu patrimonio, mediante compraventas financieras.
Tipos de inversiones financieras
Cuando pidas un préstamo para invertir, ten en cuenta que estás asumiendo una deuda que deberás pagar y a la que se aplican unos tipos de interés. Por eso, debes buscar las mejores inversiones financieras que te proporcionen las mayores garantías y que entrañen menos riesgos.
En el mercado puedes encontrar muchas opciones en las que invertir, para que tengas la información completa, antes de tomar una decisión, vamos a repasar las que existe:
- Inversiones de renta fija
En esta clase, el emisor de los productos financieros se obliga a proporcionar una renta fija y periódica.
Cuentan con poco riesgo, por lo que también tienen pocos beneficios o baja rentabilidad.
- Inversiones de renta variable
En estos casos no se conoce la rentabilidad con antelación, de hecho, no se puede ni ofrecer una garantía de que vaya a existir.
Cuentan con un alto riesgo, pero que en caso de que arrojen beneficios, estos serán muy elevados.
- Inversión en bolsa de valores
Invertir en bolsa consiste en comprar acciones, bonos y otros productos financieros en el mercado de valores.
Son inversiones de fácil acceso para todo el mundo, y no necesita de grandes desembolsos, aunque se recomienda empezar con una cartera de al menos 1.000 euros.
- Inversión en divisas
Cuando inviertes en divisas adquieres monedas internacionales, como la libra, el dólar o el yen, para venderlas más tarde a un precio mayor.
Resultan unas inversiones de gran liquidez, además de ser rápidas, por lo que se realizan a corto plazo.
- Inversión en materias primas
Cuando inviertes en el mercado de commodities, lo que hacer es comprar y vender materias y productos de la naturaleza que se convierten en activos con un valor comercial.
- Inversión en bienes inmobiliarios
El mercado inmobiliario es sin duda una de las mejores formas de invertir.
Los bienes inmuebles, como una casa o un local tienen la ventaja de que no pierden valor, se revalorizan, y también pueden dar una renta fija (a través de los alquileres).
Clases de préstamos que se pueden solicitar
Muchas personas, en su afán de mejorar su economía, o cuando buscan aumentar su patrimonio, y lo hacen haciendo alguna de las inversiones antes mencionadas, para intentar aumentar sus ingresos.
Si te incluyes en este grupo de inversores, seguro que te habrás planteado conseguir algún tipo de préstamo para invertir, bien porque carezcas del capital inicial o porque quieras aumentar tu cartera de valores.
Los bancos ofrecen distintos medios para invertir en bolsa u otros mercados financieros. Pero todos ellos tienen en común que implican un riesgo importante.
En este artículo hemos visto los tipos de inversiones que existen, a las que puedes destinar el crédito para invertir que has conseguido en cualquiera de los bancos de tu ciudad. Ahora queremos ayudarte a elegir el mejor método para conseguir la financiación,
Préstamo para invertir en tu negocio
La cantidad de dinero que se recibe al firmar un préstamo para invertir depende en gran medida del fin que va a tener. Para demostrar que se necesita el dinero para cubrir gastos y expandir el negocio, habrá que presentar a la entidad la documentación que ampare las cantidades.
Esto hace que los bancos sean más proclives a prestar dinero a PYMES o nuevos emprendedores, que a personas que solo buscan invertir en bolsa, a título privado.
Aun así, si te interesa solicitar un préstamo para invertir tu negocio, es una buena idea. Los tipos de interés (TIN, TAE, etc.) son mejores en estos casos, ya que son un tipo de crédito a largo plazo, que no necesita que devuelvas tu deuda hasta pasado mucho tiempo.
Préstamo para invertir en bolsa
Para cualquier tipo de inversor, hacer la solicitud de un crédito para invertir en bolsa es una manera de conseguir la cantidad de dinero necesaria para hacer una nueva compra de valores y ampliar su cartera.
Además, con el avance de las tecnologías, han nacido las aplicaciones de trading, que ayudan a las personas inexpertas a desenvolverse en los mercados bursátiles por sí mismos. Y gracias a ello, el número de solicitudes de crédito para invertir en las entidades de financiación han aumentado exponencialmente.
Esta clase de inversiones tienen mucho riesgo, por lo que las entidades bancarias se muestran reacias a otorgar un préstamo para este fin (aun cuando eres su cliente), por lo que hay que acudir a otros productos financieros, como los préstamos personales.
Otros medios de financiación para invertir en bolsa
Si no consideras que un préstamo o un crédito personal sea lo más adecuado para ti, puedes conseguir el dinero que necesitas para invertir en bolsa por otros medios.
- Crowfunding o Crowlending
Esta fuente de financiación obtiene el dinero de otras personas físicas.
Normalmente hacen pequeñas aportaciones a cambio de que se les devuelvan en un plazo corto de tiempo. Y pueden solicitarse sin necesidad de hacer mucho papeleo. Con lo cual, es una buena idea si tenemos un proyecto interesante.
- Minicréditos
Otra opción de financiación es conseguir un minicrédito.
Estos no son más que una clase de préstamo personal, que se conceden de forma rápida por las entidades especializadas, y que en muchas ocasiones tiene un tipo de interés del 0%.
¿Conviene pedir un préstamo o un crédito para invertir?
Para contestar a esta pregunta, lo principal es tener claro a que se va a destinar los fondos conseguidos.
Si vas a solicitar un préstamo para invertir en tu negocio, puede resultar beneficiosa y aportar ganancias en el futuro.
Sin embargo, debes tener presente cuándo es conveniente endeudarse:
- Participar en mercados internacionales
Si vas a incursionar en un mercado nuevo, experimentarás ciclos de cobros más largos, ya que tendrás que ofrecer ventajas y condiciones más favorables a tus clientes.
La mejor forma de paliar esta situación es pedir un préstamo, para superar esta etapa.
- Aumentar el ritmo de trabajo
Si tu PYME está creciendo a buen ritmo, y necesitas aumentar tu plantilla o la producción, solicitar un préstamo puede ser la solución.
Invierte el dinero de forma que puedas aumentar tu capacidad para cumplir con tus clientes.
- Comprar equipamiento
La compra de maquinaria o de cualquier producto de alto valor puede ser financiada con el dinero de los préstamos bancarios.
Al tratarse de sumas grandes de dinero, se dispone de largos plazos para devolver el capital prestado y los intereses generados.
- Crear un buen historial crediticio
Si eres un nuevo emprendedor o no has pedido hasta ahora dinero prestado a ninguna entidad, solicitar un préstamo puede ayudarte a crear un historial de crédito a tu favor.
Contar con un buen historial crediticio te permitirá obtener opciones y términos de financiación mejores en el futuro.
- Hacer una mejora del flujo de caja
El flujo de caja es la entrada y salida de dinero neto de una empresa. Por lo que cuando te queda poco tiempo para terminar de pagar un préstamo, puede que te interese realizar la solicitud de un nuevo préstamo. Con ese nuevo crédito pagarás el resto del anterior, a la vez que creas una deuda nueva, con mejores condiciones, y aportas capital a la empresa.
Si en cambio, vas a solicitar un préstamo para invertir en bolsa, puede no ser la mejor de las ideas.
Debes tener en cuenta el riesgo que conlleva invertir en el mercado bursátil, pues si no obtienes las ganancias que anticipabas, puedes llegar a formar una deuda que te será difícil devolver.
También deberás tener cuidado con los préstamos rápidos que ofrecen muchas empresas privadas, pues aunque normalmente el coste en interés es del o% en el primer préstamo, suele cobrar comisiones y otros costes que harán que el préstamo sea más caro de lo que anunciaban. Y, en cualquier caso, la cantidad que puede pedirse no suele ser muy alta.
En definitiva, solicitar un préstamo para invertir en bolsa presenta dos grandes riesgos:
- Riesgo de deuda
Es la incertidumbre que surge de comprometer tu situación a futuro. Es decir, tomas prestado dinero hoy, esperando poder devolverlo, pero nadie sabe qué te deparará el futuro y si ocurrirá algo que te impida afrontar el pago.
- Riesgo de inversión
Invertir tiene un riesgo implícito, no porque anteriormente un activo haya dado rendimientos significa que los seguirá dando, o lo hará en la misma medida. Solo hay que fijarse en la Bolsa de Madrid, para ver las fluctuaciones diarias de dinero y de todos los activos.