Cómo declararse insolvente

¿Qué pasa si me declaro insolvente? ¿Cómo declararse insolvente?

Si estás atravesando por una difícil situación económica porque has contraído deudas y no tienes posibilidad de pagarlas, seguramente te estés preguntando cómo declararte insolvente. Y es que el hecho de estar constantemente recibiendo llamadas del banco, del casero o de la compañía eléctrica sin poder hacer frente a nuestras obligaciones de pago no resulta agradable para nada.

La complicada situación socioeconómica actual por la que pasamos en España, ha hecho que las cosas no estén siendo fáciles para muchas familias y negocios, que se ven incapaces de seguir realizando los pagos correspondientes a sus acreedores y proveedores.

Es cierto que declararse insolvente no es una decisión fácil, pero si nos encontramos en bancarrota, muchas veces es mejor hacerlo que seguir incrementando una deuda que, probablemente, no tendremos la posibilidad de pagar. En estas situaciones, el pensamiento racional debe primar sobre nuestras emociones o sentimientos.

Por ejemplo, en el caso de los autónomos, si seguir con el negocio no hace más que aumentar la deuda, la mejor decisión es cerrar y declararse en quiebra. Esto nos ayudará a frenar el problema y a mejorar nuestra situación, tanto con respecto a aquellos a los que debemos dinero como con Hacienda y la Seguridad Social, con las que seguramente también hayamos contraído deudas.

Aunque nos parezca algo lejano, lo cierto es que optar por la manifestación de insolvencia es algo más habitual de lo que pensamos. Pero siempre debe ser la última opción, ya que declarase insolvente no quiere decir que no tengamos que responder ante las deudas contraídas, sino que es una alternativa para poder solucionar la situación ante la falta de liquidez en ese momento.

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¿Cuándo se considera una persona insolvente?

Lo primero que hay que determinar es si puedes declararte insolvente en tu caso. Se considera que una persona lo es cuando no puede asumir el pago de sus deudas. Pudiendo tratarse de una situación actual o inminente. Insolvencia actual cuando no podemos pagar nuestras deudas de manera regular y tenemos impagos, e insolvencia inminente cuando prevemos que no vamos a poder pagar dentro del plazo. En ambos casos, es posible recurrir a la Ley de la Segunda Oportunidad y reestructurar las deudas.

Ser insolvente es la imposibilidad de hacer frente a las deudas porque el pasivo llega a ser superior al activo circulante. Declararse insolvente supone quedarse sin liquidez y sin patrimonio liquidable o bienes con los que pueda hacerse frente a las deudas.

No obstante, la ley establece que siempre es necesario demostrarlo justificando que no podemos hacer frente a nuestros gastos básicos y a las deudas que ya hemos contraído previamente, ya sea en casos particulares,  de negocios o de profesionales autónomos.

¿Quién puede declararse insolvente en España?

Cualquier persona física o jurídica puede declararse insolvente en España gracias al procedimiento de la Ley de Segunda Oportunidad. Pero además, las empresas que estén en quiebra pueden acogerse también al concurso de acreedores. De esta forma, se inicia un procedimiento que intentará satisfacer los intereses de los acreedores en la medida de lo posible a través de los bienes existentes. Pero, cuáles son los requisitos que dan la oportunidad de tramitar la solicitud de insolvencia en nuestro país:

• Que sea la persona deudora la que se declara insolvente. Las personas deudoras, tanto físicas como jurídicas, deben justificar su endeudamiento y situación de insolvencia mediante datos reales.

• Que sea el acreedor el que nos declare insolventes. En este caso es la entidad acreedora la que tiene que justificar nuestra situación de insolvencia, presentando la documentación necesaria para demostrarlo. Por ejemplo, a través de sentencia firme de juicio monitorio, embargos pendientes o impagos del deudor.

Requisitos para declararse insolvente en España

La persona deudora o empresa tiene la opción de renegociar la deuda con el acreedor para evitar que el problema se agrave y pueda sufrir un embargo o incluso llegar a verse desahuciado de su propia vivienda. Es lo que se conoce como «concurso de acreedores».

En estas situaciones, en España se ofrece la oportunidad a particulares, empresas y autónomos acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad. Pero, para poder acudir a ella y llegar incluso a ser exonerado de las deudas, es necesario cumplir algunas condiciones. A continuación, te explicamos cuáles son los requisitos para declararse insolvente en España:

• Uno de los principales requisitos para declararse insolvente es demostrar que realmente no podemos pagar nuestras deudas y que no se trata de un movimiento estratégico. Para ello, es necesario aportar la documentación con toda la información y datos lo más detallados que sea posible sobre nuestros ingresos, gastos, deudas y patrimonio.

• La persona deudora o empresa tiene que haber cumplido la cancelación de dos o más deudas a favor de dos o más acreedores por un periodo superior a los tres meses. La falta de pago de estas deudas tiene que ser, como mínimo, la mitad de la deuda total.

• El deudor puede declararse insolvente cuando se hayan cursado en su contra una o más demandas de ejecución o de cobro judicial.

• No puede haber una sentencia en firme en contra de la persona deudora durante el año previo debido a algún delito relacionado con Hacienda, la Seguridad Social, delitos de falsedad documental o patrimonio.

• Las deudas no pueden haberse contraído con la Administración Pública, ya sea Hacienda, la Seguridad Social o cualquier otro organismo.

• El valor acumulado de las deudas tiene que ser, al menos, de un 10% del pasivo total del deudor.

• En ningún caso las deudas pueden sumar en su conjunto un importe superior a los 5 millones de euros.

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¿Qué hacer para declararse insolvente?

La ley vigente establece que la declaración de insolvencia puede hacerse a través de la solicitud del propio deudor o de cualquiera de las personas físicas o jurídicas que le reclamen la deuda. Aunque, en estos casos, siempre es recomendable contratar los servicios de un abogado especializado en la Ley de la Segunda Oportunidad para que podamos recibir asesoramiento a lo largo de todo el proceso y que nos sirva de guía para trazar un plan que aumente nuestras posibilidades de éxito.

Además, ten en cuenta que tendrás que preparar toda la documentación con los datos que justifiquen tus ingresos, gastos, patrimonio, deudas y embargos. Un profesional te ayudará a obtener toda esta información e intentará encontrar la mejor solución para tu situación.

En estos casos, lo que hace el deudor es evidenciar ante sus acreedores que no cuenta con capacidad para realizar el pago de la deuda contraída. A partir de este momento, la Ley Concursal  da la oportunidad de que pueda iniciarse el concurso de acreedores para  para desarrollar un plan económico y jurídico para revertir la situación, de forma que la persona o empresa pueda recuperar la solvencia y la liquidez para atender sus obligaciones.

Este proceso está formado por dos fases:

Fase extrajudicial

Si la declaración de insolvencia es denegada, el procedimiento finaliza aquí y quiere decir que el deudor cuenta con otras maneras de hacer frente a la deuda. Con lo cual, se procederá a liquidar el patrimonio del deudor para saldar la deuda en todo lo posible.

Si el informe de insolvencia es admitido, se iniciará entonces el concurso. Llegados a esta situación, es el Administrador Concursal el que se ocupa de reunir y negociar con los acreedores se ocupará de reunir y negociar con los acreedores. La finalidad es llegar a un acuerdo para reducir las deudas. Mediante esta negociación, se plantea un plan de pagos que la persona deudora pueda asumir en función de sus circunstancias. Lo pactado será reflejado en un convenio que recogerá el plazo de pago o quitas que correspondan.

Fase judicial

Si resulta imposible llegar a un acuerdo con la entidad acreedora o no es posible cumplir con el plan de pagos establecido, podemos solicitar al juez la cancelación del total de las deudas que hayamos contraído.

Si tenemos forma de demostrar la imposibilidad de pago y nuestra situación de insolvencia mediante documentación bien justificada, el juez nos perdonará las deudas, a excepción de las deudas contraídas con la administración pública, Seguridad Social o Hacienda, y las derivadas de pensión de alimentos, por ejemplo. Además, al declararse insolvente, los pagos de los intereses y las reclamaciones de deuda quedarán paralizados.

¿En qué consiste la Ley de Segunda Oportunidad?

La Ley de la Segunda Oportunidad permite declararse insolvente en españa a aquellas personas que no tienen posibilidad de hacer frente a sus obligaciones financieras, con lo que pueden acceder a la exoneración de sus deudas y empezar de cero.

Si cumplimos con los requisitos necesarios, la Ley de Segunda Oportunidad es la mejor solución para que las personas que hayan contraído deudas puedan exonerarse de ellas, incluso hasta un 50% en el caso de aquellas que hayan sido contraídas con Hacienda o la Seguridad Social.

Aunque esta ley todavía no es muy conocida, la realidad es que las posibilidades de éxito son muy altas. Únicamente depende de que cumplamos con todos los pasos establecidos por la legislación. Para lo cual, es aconsejable contratar los servicios de un abogado experto en la Ley de Segunda Oportunidad, de forma que podamos recibir asesoramiento en todo momento.

La Ley de Segunda Oportunidad permite rebajar o exonerar a las personas físicas o jurídicas del pago de sus deudas, por lo que es una opción mucho más ventajosa que las reunificaciones, que lo único que consiguen la mayor parte de las veces es aumentar el importe de la deuda y acumular más intereses bancarios.

Una vez finalizado el proceso de la Ley de Segunda Oportunidad, el nombre de las personas deudoras es borrado del registro de morosos, por lo que ya no podrán reclamarte nada. Además, mientras dure el proceso, no podrán embargarte ni incrementar tus deudas.