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Nada puede destruir un plan financiero más rápido que las deudas contraídas con préstamos y tarjetas de crédito. A lo largo de los años, muchas personas con dificultades económicas han terminado recurriendo a las tarjetas de crédito como forma de financiación para poder hacer frente a sus necesidades diarias. Sin embargo, las tarjetas de crédito son la manera más sencilla de endeudarse aún más.
El hecho de que solamente haya que devolver cada mes una parte del crédito que usen hace que la deuda media de los usuarios de tarjetas de crédito en España sea de unos 2.809 euros, según daros de la Fintech Arbor. Una cifra a la que hay que añadir los 1.685 euros corespondientes a la tasa de interés que también se terminarán pagando.
Hay que tener presente que el límite de saldo de nuestra tarjeta de crédito no es nuestro dinero, sino la cantidad de dinero que nuestra entidad bancaria nos ofrece para prestarnos a la hora de hacer nuestras compras. Con lo cual, cada vez que la usamos, el banco nos está haciendo un préstamo de un importe concreto para hacer frente al coste de la compra.
No es nuestro dinero, es del banco, y lo que hacemos al usarla es aumentar nuestra deuda. De hecho, tenerla en la mano puede tentarnos a gastar más y es fácil acabar perdiendo la cuenta del dinero que debemos y de cuánto tenemos que pagar en la cuota mensual.
La cuestión es que muchas personas se han visto inmersas en una vorágine de deudas debido a la contratación de algún préstamo o de tarjetas de crédito, que generalmente suelen tener unas tasas de interés muy elevada. A lo que que se suma que muchas veces los bancos establecen entre sus condiciones un coste de mantenimiento o mebresía por tenerlas.
El problema es que salir de esta situación puede llevar meses o incluso años. Con lo cual, uno de los mejores consejos que podemos darte es que solamente recurras a la tarjeta si es estrictamente necesario, si la utilizas en alguna ocasión puntual para determinadas necesidades y no de forma habitual para obtener caprichos.
¿Qué pasa si dejo de pagar una tarjeta de crédito?
La principal consecuencia de no realizar el pago de la cuota de tu tarjeta de crédito es que el banco aplicará una serie de intereses extra que irán engrosando el resto de la deuda. Por eso, es fundamental buscar una solución al problema lo antes posible.
Si la situación de impago persiste, el banco bloqueará la tarjeta para evitar que los costes se sigan incrementando sin saber si van a poder recuperar el dinero.
Además, podrás ser incluido en una lista de morosos como ASNEF, Equifax o Rai. Y la única manera de salir de ellas es satisfacer el saldo de la deuda.
El siguiente paso es acudir a la vía judicial. El juez podría ordenar el embargo de parte de tus bienes o parte de tu sueldo para liquidar la deuda.
¿Qué hacer si no puedo pagar mis tarjetas de crédito?
Uno de los mejores consejos que debes seguir si no puedes pagar las cuotas del préstamo, es dejar de hacer uso de la tarjeta de crédito de forma inmediata para evitar que la deuda continúe creciendo. Sin importar el tipo o la modalidad de tarjeta de crédito, si no pagamos a tiempo, los intereses irán en aumento. Por ejemplo, en el caso de las tarjetas de crédito en las que el pago se aplaza a finales de mes, si te retrasas, tendrás que pagar los intereses de demora que aparecen en el contrato.
Con las tarjetas de crédito en modo revolving, el préstamo se divide en cuotas mensuales de la forma en la que se haya establecido previamente. A través de este sistema, los intereses se pagan todos los meses, pero si nos retrasamos en el pago, además de pagar los intereses ordinarios, tendremos que pagar también los intereses de demora y posibles gastos de reclamación. Los resultados pueden ser desastrosos para nuestra economía. Por eso, a continuación te damos algunos consejos:
Intenta negociar la deuda con tu banco
Los bancos permiten negociar casi todas las condiciones de sus deudas, tanto las comisiones como el plazo de amortización , el TIN o el importe de la cuota. Si se trata de algo puntual, intenta hablar con tu entidad para que eliminen las comisiones por impago y demora. Si tienes un buen historial como cliente, seguramente obtengas una buena respuesta, lo que supondrá un gran alivio para tu economía familiar.
Pero si no se trata de una única vez, sino que tu situación económica pasa por momentos delicados y está teniendo problema para afrontar los pagos de tu deuda cada mes, intenta llegar a un acuerdo con el banco para reducir el importe de la cuota al mínimo. Es verdad que pagarás más intereses en total y la deuda será mayor, pero evitarás el impago. Además, esta negociación es imprescindible para poder acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad, reservado para casos extremos.
Reclama si el tipo de interés es abusivo
Las tarjetas revolving se han convertido en un importante motivo de polémica en los últimos años desde que el Tribunal Supremo juzgara que sus intereses son abusivos y declarase nulo un contrato de WiZink. La sentencia considera que un tipo de interés superior al 20% es demasiado elevado y que un 22% es abusivo. Esto ha hecho que muchos clientes de tarjetas de crédito hayan puesto reclamaciones ante sus entidades bancarias.
Refinancia o haz una reunificación tus deudas
Para aquellas personas que han contraído deudas de tarjetas de crédito que no pueden pagar, el siguiente paso es presentar una solicitud de reunificación de sus deudas. Lo más recomendable en estas situaciones es buscar una solución dentro de la propia entidad bancaria, ya sea ampliando el saldo de la tarjeta o pidiendo un nuevo crédito.
Pero si tienes otras deudas de otros préstamos y créditos cuyo pago no puedes afrontar, puedes plantearte la reunificación, es decir, júntalas en un único préstamos que, generalmente, permite reducir la cuota para que te resulte más fácil hacer el pago cada mes.
Entre todas las posibilidades, la opción más habitual es la de realizar una solicitud de ampliación de la hipoteca de la vivienda para hacer frente a todas las deudas, ya que el TIN de los préstamos hipotecarios es menor y los plazos de amortización son mayores.
Eso sí, los expertos solamente recomiendan este método cuando sea para liquidar la deuda, ya que es bastante habitual que se terminen pagando más intereses por la deuda de la tarjeta de crédito a largo plazo.
Declararse insolvente, recurrir a la Ley de Segunda Oportunidad
Una vez que hayas agotado todas las opciones, si has intentado negociar con tu entidad o pedir una reunificación sin éxito, este sería el último recurso si no podemos pagar las deudas de la tarjeta de crédito. La Ley de Segunda Oportunidad es el proceso concursal adaptado a particulares que funciona de manera parecida a un concurso de acreedores. Si cumples los requisitos para acogerte a ella, primero tendrás que negociar los pagos de la deuda con tu entidad bancaria y los demás acreedores. Si no lo logras, el juez será quien decida, estableciendo una serie de quitas en la deuda e incluso eximiéndote del pago total de la misma.
¿Cómo hacer una reunificación de las deudas?
Algunas personas llegan a acumular numerosas deudas por el uso de varias tarjetas de crédito. Muchas veces, al sumar el total de los saldos en una calculadora, el límite total de gastos puede ser superior a la deuda a la que puede hacer frente la persona con sus ingresos. Esto quiere decir que si esa persona gasta todos los créditos concedidos en ellas, es bastante probable que no sea capaz de hacer frente a los pagos de todas las deudas.
Es cierto que un préstamo de este tipo puede salvarnos de un apuro en algún caso puntual, pero ten cuenta que puede suponer un gran riesgo por su elevada tasa de interés y por la capacidad de gasto latente. Y si además tenemos varias, los costes y atrasos se multiplican.
En este caso, la opción más viable para poder liquidar nuestras deudas y sanear nuestra economía suele ser la reunificación de todos los créditos. La idea es que paguemos menos intereses y reducir en todo lo posible el coste total de los préstamos.
La reunificación es la mejor forma de concentrar todas las deudas de varios préstamos y tarjetas en un único importe que resulte más fácil de afrontar y que cubra todos los saldos y préstamos que debemos. De esta forma, los pagos sean más llevaderos y podrás reducir el importe total del préstamo, ya que también tienes la posibilidad de negociar el plazo de amortización y las condiciones de pago de la deuda en función de tus necesiades.
Eso sí, para conseguir una reunificación con mejores opciones, no puedes tener deudas pendientes de pago y tener un buen historial en tu cuenta bancaria. Por eso, antes de que tengas problemas para pagar los gastos de tu casa, valora la situación y solicita información en tu banco sobre la opción de la reunificación de tus préstamos. De este modo, podrás hacer tus pagos sin problema y obtendrás mejores resultados.